Testimonio del Pastor Braulio Ndong Aba

Pastor Braulio y su esposa

Hace casi 20 años de mi primera experiencia con Cristo, en la ciudad de Bata Guinea Ecuatorial. Yo tenía 17 años; el mensaje fue claro: “Escapa del Infierno”, tres meses después recibí el llamado y fui bautizado con el Espíritu Santo; desde entonces comencé a predicar en los barrios y aldeas cercanas a la ciudad, por la gracia de Dios de esa labor evangelizadora comenzamos varias iglesias, siempre bajo la supervisión de mi pastor, un misionero de Costa Rica, Don Rafael Villalobos.

Un año después tuve una carga por los pueblos muy adentro de la selva y me trasladé para vivir allá. Fueron 12 años trabajando para el Senõr, y donde comencé una obra (iglesia). Ese periodo fue muy difícil en todas las areas de mi vida, menos en una (de esa única área positiva hablaré después), experimenté lo que es el sufrimiento por la causa de Cristo.

Me gustaba estudiar, quería ser abogado y de hecho era estudiante antes de trasladarme a las misiones en las aldeas de mi país, tenía planes de seguir estudiando, pero en las aldeas no habían escuelas, y mucho menos la secundaria, a raíz de eso tuve que olvidarme de los estudios. Así que en cuanto a educación, no tengo estudios, más no me avergüenzo, Jesús me hizo mejor persona que lo que los estudios me habrían hecho.

Experimente el hambre, nunca fui sostenido por ninguna iglesia o ministerio. De los 12 años en aquellos lugares solo los primeros 3 meses viví una vida normal, ya que convivía con una pareja quienes era misioneros, y que se quedaron esos tres meses en el área. Yo dormía y comía en su casa.

Pasados los tres meses se regresaron a Costa rica; fue entonces cuando comencé a vivir una vida muy dura y difícil. Sin casa ni dinero y ante unas tribus muy hostiles al evangelio, pasaba a veces de 4 a 6 meses comiendo como los pájaros, frutas carcomidas por las aves y otros animales: (aguacates, atengas, bananas, cañas), etc. y todo eso medio podridas, o sea frutas a veces hasta con gusanos, todo lo que no requiere cocinar porque yo no tenía cómo cocinar.

Fue una experiencia muy difícil en aquellos momentos; yo trabajaba para las Asambleas de Dios, más ellos ni una sola visita, mucho menos una ofrenda, me faltaba de todo hermanos, fueron varias las veces que deseé regresar; una vez decidí regresar a Bata, la ciudad donde vivía antes de irme a las misiones pero no tenía cómo pagar el importe que son el equivalente de $6.00, durante mucho tiempo busqué conseguir $6.00, más era imposible para aquel entonces.

Los misioneros antes de irse compraron una parcela de tierra y unas maderas para edificar una iglesia, y levantamos esa iglesia antes de que ellos se fueran, más no había un solo convertido durante casi 5 años. A pesar de las amenazas y hostilidades, yo predicaba todos los días por el pueblo, sinembargo, no hubo fruto durante más de 5 años.

Entonces una noche me visitó el Diablo.

En la gran oscuridad de la selva tuve una experiencia muy cargada. Durmiendo en mi camita, a eso de las 12 de la noche, sobre el tejado de mi casita llegaron unas aves nocturnas (búhos, o lechuzas) aquí estás aves están directamente relacionadas con ceremonias espirituales y cultos satánicos y el canibalismo, eran como 15 a 20, no pude salir a contarlas, tenía miedo incluso de moverme en la cama, (mi casita era un cuartito, una habitación y un pequeño espacio donde podía recibir gente, estaba separado con un plástico como cortina, no había puerta ) yo tenía mucho miedo y solo oraba en el corazón para que esos animales se fueran pronto y me dejaran en paz.

El día anterior yo había recibido una visita de los líderes de la aldea que me exigieron abandonar el pueblo o yo me atendría a las consecuencias, cosa a la que me negué, por eso esa noche ellos prepararon una guerra contra mi.

Yo nunca había experimentado una manifestación satánica de ese modo, las lechuzas siguieron toda la noche rasgando con sus uñas el techo de mi casita, podía escuchar sus garras sobre las paredes y el tejado; seguido de eso, aparecieron dentro de la casita más de 100 cucarachas revoloteando por toda la casa, una especie muy espeluznante que hay aquí, se metían en la cama, en la ropa, en los zapatos; era horribles, en mi mente solo me acordaba de las amenazas de aquellos líderes del pueblo, los ancianos que el día anterior me exigieron que me marchara.

Desde las 12 de la media noche búhos y cucarachas siguieron hasta las 3 de la madrugada, después de aquello, la lámpara que yo tenía de luz estaba encendida, pero vi cómo se apagaba, como si una mano invisible la forzaba apagarse. Era muy joven 18 años y no tenía experiencia en esos casos, estaba muy aterrorizado. El colmo Hermanos, fue cuando en medio de la oscuridad, sentí la presencia de alguien que entró en mi habitación y se subió a la cama; y fue entonces, cuando sentí la voz muy sencilla de Dios: “Si no luchas ellos seguirán”.

En aquel momento, me levanté y salí afuera de la casita, me arrodillé entre la maleza y comencé a orar.

En mi oración hablé con voz muy alta en la espesa oscuridad y dije: Señor tú me tragiste a este pueblo a predicar el evangelio y desde que llegué no he hecho nada más que predicarlo, y desde que lo hago no han dejado de perseguirme los demonios, si Tu Señor, me has traído aquí, ordenó que todo ésto cese ahora mismo, en el nombre de Jesús.

Claro y alto, créanme hermanos que cesó todo, hubo un silencio sepulcral, la lámpara que parecía apagada estaba encendida, cuando volví a entrar en la casita, ya no había ni una sola cucaracha, las voces que opinaban entre el canto de los búhos, voces de hombres, acabaron y todos esos buzos desaparecieron.

Después de 5 cinco años sin un solo convertido, el domingo siguiente, tuve por primera vez 18 personas en el culto, cada mañana había una sesión de consulta espiritual donde oraba con la gente que tenía problemas espirituales, en 3 meses tuvimos el primer bautismo con 6 personas, recibí una invitación para ir a la capital de esa provincia para dirigir una emisión radiofónica con el fin de predicar el evangelio todos los sábados.

En el 2012 cuando salí de esa área, yo solamente, sin ayuda dirigía 4 iglesias de entre 50 y 80 personas cada una, y durante todo el periodo de 12 años que estuve allí, por la gracia de Dios logré fundar para las Asambleas de Dios, 7 iglesias. Cabe destacar que por falta de voluntarios que deseen o puedan ir a esos lugares se han cerrado 3.

Me casé en el año 2007 a los 25 años.

Yo no entendía sino hasta unos meses después, que Dios estaba arrimándome a una sierva suya; una mujer que trabajaría para el Señor en aquellas circunstancias. Un esposo sin recursos, sin casa, sin dinero, sin nada de lo que el mundo y la sociedad suelen valorar y requerir para casarse, pero mi Dios nos mostró su misericordia y favor.

Nuestro matrimonio fue un episodio muy lamentable y conflictivo ya que desafiaba las leyes tradicionales de nuestra cultura nefasta; según nuestra tradición, mi esposa y yo no debemos casarnos, solo podemos convivir como concubinos pero nunca formalizar el matrimonio.

Lo más lamentable de esa situación es que la iglesia aprueba esa trivialidad, esa inmoralidad; más nosotros nos opusimos, basándonos en la palabra de Dios, casi nos hechan de la organización y prohibieron a todo pastor unirnos; o sea se hizo una ley que decía ” ningún pastor debe prestarse para oficiar nuestro matrimonio, en caso contrario, sería expulsado de la organización”.

Nos quedamos sin apollo de nadie, sin dinero y sin amigos.

Pero allí el poder de Dios se manifiesta en nuestras debilidades. Dios milagrosamente, tocó a un pastor desde los Estados Unidos, el pastor Teofanes Viana de Dallas, el vino hasta Guinea a casarme y fue gloriosa la boda.

Según las leyes tradicionales que nos prohibían unirnos en matrimonio, (leyes por supuesto diabólicas) estipulan que los matrimonios que se daban en contra de esa ley, no tendrían hijos, y si los tuviesen serían deformes, nacerían con deformaciones. Dios nos ha dado tres hermosos hijos todos sanos, y muy hermosos

Todos sanos y hermosos para la gloria de Dios que ha avergonzado a las leyes tradicionales.

Frente a las numerosas reuniones a las que fui convocado por mis líderes, y líderes tradicionales y gobiernos de mi país, con el fin de obligarme a anular mi compromiso con la que hoy es mi esposa.
Yo les respondía solo una cosa “YO YA NO SIRVO A LA TRADICIÓN AHORA SIRVO A CRISTO” y si ustedes que saben más que yo me demuestran bíblicamente que mi relación es inmoral entonces la dejare.

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